«El cuidador que no se cuida»
Los masajistas y los reflexólogos podales, nos encontramos constantemente con historias difíciles.
Las personas acuden a nosotros con una gran variedad de problemas, desde traumas emocionales hasta dolores físicos profundos, muchos de los cuales resuenan con nosotros.
Estoy seguro, de que atraemos a las personas necesarias para que nuestra evolución se materialice.
Cada vez que estoy con un cliente me pregunto:¿Qué voy a aprender?
Estar en contacto directo con las emociones de los clientes, es parte del proceso terapéutico, pero también implica un riesgo significativo de desgaste emocional.
Y un buen profesional debe saber cómo gestionarlo.
Masajistas y contacto con las emociones de los clientes
A diferencia de otros terapeutas que no están tan expuestos a la energía de sus pacientes, los masajistas y los reflexólogos están en constante contacto físico con los puntos energéticos del cuerpo, que están directamente relacionados con las emociones. Esto significa que no solo estamos tratando con el cuerpo físico, sino también con una carga emocional y energética mucho más profunda.
Como profesional, se espera que tengamos la capacidad de mantener la energía en equilibrio para ayudar a los demás. Sin embargo, este mismo equilibrio puede verse desbordado si no gestionas adecuadamente las emociones y energías que recibes de tus clientes.
Claves para manejar tu energía como profesional
Hay varias estrategias sencillas que puedes aplicar para proteger tu bienestar emocional y energético, y asegurarte de que tu práctica siga siendo efectiva:
1. Establece límites energéticos claros: realiza prácticas que te ayuden a liberar cualquier carga energética acumulada durante el masaje, por ejemplo, con movimientos rápidos y superficiales.
2. Practica el autocuidado: dedica tiempo a descansar, practicar el tipo de meditación que más te guste, earthing o caminar descalza o disfruta de actividades que te recarguen emocionalmente.
Cuanto más cuides de ti mismo, más efectivo serás en tu trabajo.
Aprende a meditar paso a paso para cuidar de ti, permítetelo.
3. Usa herramientas energéticas: las visualizaciones, los baños de sal gruesa o incluso la aromaterapia son herramientas que puedes usar para equilibrar tu energía.
4. Busca apoyo profesional: hablar con un mentor sobre tu trabajo puede ser una excelente forma de procesar el impacto emocional y encontrar soluciones para que esto no afecte a tu vida personal, profesional y económica.
¿Estás lista para incorporar estos hábitos de autocuidado y protección energética a tu rutina diaria?
Si tú estás bien, yo también estaré mejor.
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